Desde aquel entonces lo atractivo del lugar me hizo acercarme, primero a la playa del Cañuelo que encontramos en primer término y posteriormente a sus alrededores. Cercana a la propia torre la presencia militar se hacía notar con alambradas que, en visible estado de abandono, habían preservado en cierta medida estos parajes, pues a principios de los 90 un domingo de agosto apenas si te podías encontrar con alguien en esa playa. Estos detalles precisamente son los que han determinado en buena medida su estado actual de conservación, pues cabe destacar que la práctica totalidad del propio Monte Camarinal se encuentra ocupado por una batería militar de artillería y vigilancia costera.
Al otro lado de la Punta y hacia el este se encuentra la ensenada de Bolonia, quedando por tanto flanqueado el paraje por dos excepcionales playas. Al norte el horizonte se encuentra dominado por la sierra de La Plata con sus espectaculares paredes de roca, todo ello enmarcado en el extremo más occidental del parque natural Del Estrecho. Por aquí he visto pescar al águila pescadora, correr al jabalí, saltar las orcas tras los atunes, reptar al lagarto ocelado o volar al cormorán. Actualmente todo esto se encuentra sometido a una gran presión humana, motivado sobre todo por la abominable urbanización veraniega de Zahara de los Atunes, levantada al final de la ensenada de Zahara a finales de los 90. Como siempre, comparto estos conocimientos para que el lector pueda valorar la gran riqueza natural del lugar y así protegerlo.
Tras estudiar diversas posibilidades y opciones en la zona, hice este recorrido que propongo que está plagado de atractivos y una enorme diversidad tanto natural como paisajística, ya que podremos encontrar durante el mismo desde acantilados y sistemas dunares, a canteras romanas, a través de pinares, sabinares y pequeños valles.
No acostumbro a detallar los trazados que realizo, pero en este caso la motivación es clara, nos movemos en el límite literal(además de litoral)de terrenos militares, lo que unido a lo poco claro de la senda en muchas ocasiones, nos puede llevar a meternos en problemas, dada la responsabilidad y la multitud de errores constatados en las descripciones y trazados propuestos es por lo que me decido a hacerlo en este grado de detalle.
El punto de inicio lo situamos en el desvío de entrada a la batería militar de Camarinal, ubicado en la carretera que desde Bolonia se dirige hacia la falda de la sierra de La Plata, concretamente en el paraje de Molino de Carrizales. Nuestro caminar nos dirige tras unos metros por la carretera a un pinar que tras atravesarlo no deposita en las primeras estribaciones de la duna de Bolonia, tras pasar junto al final de la pasarela que desde Bolonia acerca a los visitantes al inicio de la duna. Enseguida desembocamos a la playa de Bolonia y seguiremos por la orilla hacia la derecha hasta llegar a la base de la duna, declarada monumento natural y que bien vale la pena subir, siendo esta una de las opciones del recorrido. De nuevo en la playa, seguiremos por la senda que discurre paralela a la costa entre rocas como anticipo de los acantilados que nos acompañarán hasta la misma playa del Cañuelo. Tras apenas unos minutos de caminar llegamos a uno de los puntos críticos del sendero señalado en el waypoint como"desvío sendero", aquí veremos a nuestra derecha un semicirco y el sendero parece continuar junto a la costa, pero nosotros tendremos que trepar por la arista rocosa que se nos presenta para alcanzar la parte superior del pequeño acantilado en dirección contraria al mar. Ni que decir tiene que debemos extremar la precaución ya que el paso es algo expuesto a una posible caída, aunque son apenas unos pocos metros los que tendremos que superar por estas rocas. Una vez arriba el sendero vuelve a tomar a la izquierda siguiendo paralelo al mar y sin adentrarse hacia el pinar en ningún momento, además se vuelve incómodo por lo cerrado de la vegetación en muchos momentos y las vueltas y revueltas que hace continuamente. Al trecho alcanzaremos un pequeño camino que cruzaremos y que llevaría a las instalaciones militares, anticipo de las impresionantes canteras romanas de Camarinal que encontraremos apenas unos metros más adelante. Una vez superadas las canteras desaparece el incómodo matorral pero aparece la arena y las continuas rocas que vuelven a dificultar nuestra progresión, aunque por lugares de enorme atractivo, como referencia veremos a nuestra derecha la alambrada que delimita la zona militar y que nunca traspasaremos, optando siempre nosotros por el roquedo de la costa. Así llegamos a otro paso delicado que bordea una primera alambrada(existe una nueva y otra antigua totalmente descuidada) que nos sitúa de nuevo en la plataforma superior del acantilado, continuando siempre lo más cercano posible al acantilado veremos al rato otra vieja alambrada militar que parece nos cierra el paso, unos 30 metros antes y cerca de un mojón de la demarcación de costas tendremos que bajar entre los riscos(precaución) para seguir a la derecha y pasando entre una sabina y la roca alcanzar el otro lado de la alambrada (waypoint "bajada riscos"). Tras este punto habremos bordeado la zona militar y ya solo nos restarán unos centenares de metros para alcanzar la playa del Cañuelo entre las dunas y desembocadura del arroyo del mismo nombre.
El tiempo para cubrir este recorrido sin contar paradas y sin las opciones es de 2 horas, aunque es más que recomendable dedicarle mucho más para poder disfrutar debidamente de todos los encantos que nos ofrece. Incluso si realizamos el mismo con buen tiempo no es descabellado parar en El Cañuelo a disfrutar de una de las últimas playas vírgenes andaluzas.